Puede que la ciudad de Rosario, Argentina, y Lyon, Francia, a simple vista tengan poco en común; pero si tenemos en cuenta el aspecto del transporte, y más precisamente de la alta velocidad, muchas de sus diferencias parecen desaparecer. Ambas ciudades siempre se disputaron el segundo puesto en importancia luego de sus respectivas ciudades capitales, tanto Rosario y sus zonas de influencia como Lyon poseen características poblacionales similares.
A Lyon, el Tren de gran velocidad (TGV, según sus siglas en francés) llegó en 1981, cuando la ciudad tenía cerca de 1.200.000 habitantes –sumando las poblaciones aledañas-, muy similar a la cifra actual que ubica a Rosario con una población cercana a los 1.300.000 de habitantes, incrementándose día tras día. El servició TGV comenzó a funcionar para el público entre París y Lyon el 27 de septiembre de 1981. Los pasajeros para los que inicialmente estaba destinado este tren eran gente de negocios que necesitaba viajar entre estas dos ciudades. Este nuevo medio de transporte es considerablemente más rápido que los trenes convencionales, automóviles y aviones
De esa manera, el tren se volvió popular muy pronto, incluso fuera de su objetivo de mercado inicial, diversificándose tanto al público en general como a turistas. El viaje rápido y práctico entre estas ciudades tuvo una amplia aceptación en el mercado del transporte de viajeros.En el trayecto París–Lyon, el TGV ha absorbido una gran cantidad de desplazamientos a nivel nacional que antes se realizaban en avión, debido a la reducción del tiempo de viaje, especialmente para este trayecto de dos horas. La razón se debe a que el viaje en tren se completa en un tiempo menor por la ausencia de protocolos e inspecciones asociadas a los aeropuertos, así como de las formalidades de seguridad aeroportuarias.
También influyen detalles como la localización de las estaciones, mucho más cercanas al centro de las ciudades que los aeropuertos. Actualmente el trayecto París–Lyon es cubierto a través de 30 trenes diarios en cada sentido, cada uno con 512 plazas (TGV Duplex) y con servicios cada media hora en promedio.
Utilidad diaria
Desde su inauguración, y a pesar del escepticismo, este servicio fue captando público de manera constante, transformándose en un tren que lleva diariamente miles de personas a su residencia a su trabajo. La causa es que en un principio Lyon era una ciudad prácticamente autónoma y aislada de París, pero con gran potencial de desarrollo.
Con la llegada del TGV el crecimiento de Lyon fue importantísimo. Se logró transformarla en un polo productivo e industrial asombroso, muchas empresas radicadas en París mudaron sus oficinas a esa ciudad que gracias al TGV se había transformado en un “suburbio” más, refiriéndonos a los tiempos de viaje. Otro caso interesante para analizar es el de la línea Madrid–Sevilla, en España. Desde su introducción hace ya 16 años, este tren conocido como AVE se ha convertido en referente de puntualidad, dado que, según Renfe, desde su puesta en servicio la puntualidad media se ha mantenido todos los años por encima del 99%, e incluso alcanzó el 99,6% en 2006. Este hecho, y el menor tiempo de viaje que supone respecto a otros modos de transporte, ha generado un paulatino incremento de la demanda que llevó a la compañía ferroviaria a casi cuadruplicar la oferta de servicios con que arrancó la explotación de esta infraestructura.
El AVE Madrid-Sevilla se inauguró en 1992 con un servicio de seis trenes diarios por sentido, mientras que la oferta actual incluye 20 trenes diarios por sentido, y servicios cada media hora en periodos punta de tráfico y fines de semana.
A partir de la introducción de este sistema en España se logró la consecuente modernización de las infraestructuras de transporte de ese país, con lo que a largo plazo se consiguió revitalizar numerosas zonas tradicionalmente apartadas de Madrid.
Respecto a este servici
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