LONDRES 20 Oct – El ayuntamiento de la capital británica ha invitado a una filial de la constructora a cancelar un contrato con el fabricante francés de trenes. El Ayuntamiento de Londres está presionando a Tube Lines, una empresa participada por Ferrovial encargada del mantenimiento y las mejoras de varias líneas del Metro de Londres, para que cancele un contrato con Alstom, por el que el fabricante de trenes francés es responsable del cuidado de una de esas líneas, la Northern Line, que cruza Londres de norte a sur.
Las tensiones en este trayecto estallaron después de que un problema de seguridad de los trenes mantuviera suspendida la línea durante dos días completos, y se produjeran considerables retrasos en las jornadas siguientes. Se sucedieron cinco fallos en los frenos de emergencia de los trenes de la línea en apenas un mes, y los sindicatos decidieron cancelar el servicio hasta que el error se solucionara.
Tanto Tube Lines -participada en un 66% por Amey, que a su vez es 100% propiedad de Ferrovial, y el resto, por la compañía estadounidense Bechtel- como London Underground, la compañía pública con la que cogestiona el metro, aseguran que la responsabilidad de los incidentes recae sobre Alstom. Críticas: `El contrato con Alstom debe terminar`, aseguró Robert Kiley, comisario de Transportes del Ayuntamiento de Londres, que se mostró muy crítico con el modo con el que la compañía gala ha desarrollado sus obligaciones contractuales en los últimos años. La empresa francesa es la responsable de realizar el mantenimiento de los trenes de la Northern Line por un contrato
iniciado en 1995 y que vence en 2015.
Tube Lines, que se hizo con la concesión en 2003 por un periodo de 30 años, tuvo que asumir ese acuerdo previo con Alstom. Pero ahora, tras todo este revuelo, fuentes de la joint venture en la que participa Ferrovial asegura que están `renegociando y contemplando todas las posibilidades, incluso la cancelación del contrato`.
La Northern Line transporta diariamente a 650.000 pasajeros y atraviesa el distrito financiero londinense, por lo que algunas partes han querido sacar partido al revuelo. Los sindicatos, por ejemplo, han sido acusados por fuentes cercanas a la crisis de utilizar el incidente para presionar a London Underground, compañía pública que se encarga de la gestión del personal. Competencias
De hecho, según Tube Lines, al día siguiente del primer parón, los conductores del metro tenían a su disposición una flota de trenes completamente testada y segura, pero siguieron negándose a conducirlos. Además, el mayor sindicato de los trabajadores pedirá hoy al Gobierno que devuelva las competencias de mantenimiento y mejora a la compañía pública London Underground. Por su parte, el ayuntamiento – partidario de un mayor control municipal de los servicios públicos – ha aprovechado para atacar al Gobierno – que incentiva la gestión semiprivada de éstos.
Fonte: Finanzas.com
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